mié. Jul 30th, 2025

Cuando los Yeah Yeah Yeahs bajaron el volumen y subieron la emoción

Por Karen Campos

El lunes tuvimos una cita. No fue con la noche, sino con los Yeah Yeah Yeahs, que llegaron al Teatro Metropólitan para dar el primero de tres conciertos programados en la Ciudad de México dentro de su gira Hidden In Pieces.
El paso de los Yeah Yeah Yeahs por la CDMX nunca pasa desapercibido. Cada que anuncian una presentación, logran colgar el letrero de “sold out” o convocan a una multitud de seguidores, sin importar el escenario. Y por supuesto, esta vez no fue la excepción… aunque el show tuvo un giro inesperado.


Karen O, Nick Zinner y Brian Chase se hicieron acompañar de una orquesta para reinterpretar algunos de sus éxitos —y un par de joyitas escondidas— en un tono más acústico, sin perder las bases sonoras que han definido su estilo: crudeza emocional, tensión contenida y un espíritu punk que, aunque más suave en forma, sigue intacto en fondo.


Por eso, si crees que ya has visto a los Yeah Yeah Yeahs, te aseguro que nunca lo hiciste de esta forma. Un show como este es imperdible, porque cada músico sobre el escenario mostró entrega y pasión al ofrecer una nueva versión de cada tema interpretado.


La voz de Karen O luce mejor que nunca, incluso en esos temas que normalmente van acelerados. La noche del lunes brilló con “Hyperballad”, el cover de Björk, y con una interpretación extraordinaria de “Spitting Off the Edge of the World”. “Runaway” fue otra de esas canciones que no solo Karen disfrutó: la audiencia, que al inicio se mostró tímida, para ese momento ya coreaba cada canción.


“Mystery Girl” fue el tema que logró poner de pie a todo el Teatro Metropólitan. Y es que, como dijeron algunos fans: “Estar sentados no está bien”, porque la música de los Yeah Yeah Yeahs se disfruta con cada célula del cuerpo, aunque venga en un formato más acústico e íntimo.


“Gold Lion” y “Cheated Hearts” también sonaron diferentes, casi como si hubieran sido escritas para este formato desde el inicio. La orquesta no suavizó su esencia, sino que le dio nuevas capas: más íntimas, más profundas, más expuestas. Fue como ver los pedazos ocultos —esos hidden in pieces— de una banda que, lejos de repetirse, sigue encontrando nuevas formas de emocionar.


“Maps” no podía faltar en esta noche íntima con la banda estadounidense. Con los nuevos arreglos, la canción creó una atmósfera aún más cercana: la conexión entre el público y la banda durante el coro fue un momento que erizó pieles y sacó algunas lágrimas. Incluso Karen nos dejó cantar parte del coro, con ese sentimiento que solo en México le ponemos a las canciones.

Foto OCESA


Luego vino el encore, cuando Karen volvió al escenario luciendo unos tenis con luces de colores. “Burning” y “Zero” no solo se corearon: también sirvieron para brincar, bailar y liberar toda esa energía contenida, mientras unas enormes pelotas rebotaban entre la audiencia.


Antes de terminar el show, Karen O se mostró agradecida con el público y preguntó quiénes asistirían al siguiente concierto. Nick, cuya presencia impone desde cualquier rincón del escenario, sacó su cámara para tomar algunas fotos del público, capturando imágenes que seguramente guardará como recuerdo de una noche distinta, vibrante y llena de complicidad. Y Brian simplemente se dejó consentir por la audiencia: corrió al centro del escenario y recibió los aplausos y gritos con una sonrisa y una pose digna de toda una estrella de rock.


Quizá a la noche sí le hicieron falta algunos clásicos. Al salir, algunos fans mencionaban temas emblemáticos que extrañaron en el setlist. Pero la mayoría coincidía en algo: lo vivido esta noche fue único. Porque ver a los Yeah Yeah Yeahs en este formato orquestal, más íntimos, pero igual de intensos, fue como descubrir una nueva capa de una banda que sigue emocionando, incluso cuando decide mostrarse hidden in pieces.

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