EL GIFF OFRECE HOMENAJE A VERÓNICA CASTRO Y ROSY OCAMPO

30 de julio de 2025, San Miguel de Allende, Gto. El mundo del espectáculo en México no sería el mismo sin el talento de Verónica Castro, figura imprescindible de las telenovelas y la televisión, quien logró trascender la pantalla chica para llegar también a la música con su voz y al cine con su entrega actoral. 

Una trayectoria de 58 años respalda a la actriz, conductora, cantante y productora, recibida en el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) con un emotivo homenaje en el Instituto Allende gracias a la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión junto al encuentro cinematográfico.

Entregada a su público, Verónica Castro (Ciudad de México, 1952) compartió en una charla magistral pormenores de su carrera profesional, así como reflexiones sobre la misma. Fue entrevistada por el creador multidisciplinario Carlos Pascual, con quien trabajó en el capítulo “Emma, costurera” de la serie Mujeres asesinas.

Verónica Castro cuenta con título en Relaciones Internacionales por parte de la UNAM, pero el completar su formación universitaria no le impidió perseguir su sueño ni el comenzar desde los 18 años su camino frente a las cámaras, siendo meticulosa en su trabajo y perfeccionista en su preparación.

En su paso por el cine, la actriz protagonizó filmes como Mi mesera (1973) y Dulces navajas (1980). Siendo muy joven, actuó en historias con drama social y papeles fuertes como el de prostituta en Naná (1979): “Soy una actriz, tengo que hacer de buena, de mala, de prostituta, de drogadicta, y no importa nada”.

También aceptó realizar un semidesnudo. Sin embargo, decidió que ese no era su camino: “No hice tantas películas como debí haber hecho porque no me atreví a hacer desnudos. Me tuvieron que dar un relajante para poder estar tranquila porque yo temblaba, no me quería quitar la ropa y lloraba”. Continuó su camino por las telenovelas, saltando a la fama con Los ricos también lloran (1979), que no sólo rompió récords de audiencia en México, sino que también se convirtió en un fenómeno internacional, especialmente en países como Rusia, Italia y España.

Con Mi pequeña soledad, la también llamada “Chaparrita de Oro” se convirtió en la primera mujer que produjo televisión en telenovelas. Mientras que su faceta como cantante surgió con Armando Manzanero: “Me hizo cantar y me la creí. Me dijeron: ‘oye: ¿haces palenques?’ Y dije: ‘claro que sí’”. 

A lo largo de las décadas, Verónica Castro ha interpretado papeles memorables en producciones como Rosa salvaje (1987). Se entregó en cuerpo y alma incluso a la conducción de programas de vanguardia y reality shows como Mala Noche… ¡No! Big Brother.  

En este punto de su vida, considera que ya ha hecho de todo, pero deja en el tintero que se realice alguna película o serie biográfica: “Es que yo digo que eso ya está hasta pasado de moda. La gente sabe mucho de mí, sabe cosas que hasta ni yo sé”. Lo que sí tiene muy presente es que se debe a su público: “Y el público se sigue entregando a mí también”.

Arquitecta del melodrama contemporáneo
La destacada productora mexicana Rosy Ocampo también ofreció una charla magistral en la que compartió su visión, experiencia y metodología en torno a la creación de contenidos televisivos con sentido social y narrativas transformadoras.

Con más de 2,400 horas de contenido original y más de 23 telenovelas producidas, Ocampo ha sido pionera en integrar temáticas sociales relevantes dentro del entretenimiento masivo. En su intervención, remarcó: “No creamos programas basados sólo en lo que pensamos. Tenemos que saber lo que le gusta o no a la audiencia porque finalmente a partir de lo que vemos que funciona es como vamos construyendo”.

Desde sus inicios como asistente de producción en 1981 hasta alcanzar la Vicepresidencia Corporativa de Contenidos de Televisa, Rosy ha sabido romper techos de cristal en una industria predominantemente masculina. 

Entre los hitos de su trayectoria destacan telenovelas infantiles, éxitos como La fea más bella y la franquicia Vencer, la cual aborda problemáticas como el miedo, la culpa, el desamor y la violencia de género.

Además, Ocampo presentó su libro Showrunning para el entretenimiento con impacto social, coescrito con el Instituto de Investigaciones Sociales, donde detalla su metodología de creación narrativa.

“El melodrama es un espejo en el cual uno como espectador se puede reflejar y te puedes identificar con uno de sus personajes, ver sus retos, sus problemas y en base a eso ver qué cosas de solución hay”, dijo la productora.

“El melodrama no nada más se ve en la televisión abierta, todas las plataformas están llenas de melodrama. La Casa de las Flores es una telenovela y fue uno de los contenidos más vistos de Netflix. Incluso el contenido más visto es Yo soy Betty, la Fea. Entonces, ¿cómo llamarlo un género menor si finalmente tanta audiencia lo está siguiendo?”.

Reciben reconocimientos a su trayectoria
Verónica Castro
 y Rosy Ocampo recibieron en una ceremonia llena de aplausos la Musa, importante reconocimiento a la trayectoria ejemplar en la industria audiovisual nacional que es otorgado por la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión, al igual que la Cruz de Plata de Más Cine de GIFF, máximo galardón del festival. 

A 23 años de la fundación de la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión y 28 del GIFF, ambas instituciones continúan su compromiso de enaltecer la labor de todas las mujeres en la industria del cine y la televisión en México, en favor de una equidad absoluta.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *