El sistema “antihuracán” creado por una empresa mexicana para lograr que un inmueble turístico resista el paso de este fenómeno
Ethel Calvo. Gerente de promoción y especificación técnica Grupo Tecnovidrio
México es un país que cada año tiene contacto con tormentas tropicales y huracanes. En años anteriores, huracanes como Odile y ciclones tropicales como Patricia, dejaron cuantiosos daños en la infraestructura y edificaciones de varios estados, y este fenómeno se repite año con año. Además, tomemos en cuenta que México se encuentra entre dos océanos y que el impacto del cambio climático ha influido de tal forma que estos fenómenos naturales son cada vez más recurrentes y tomen mayor fuerza. Por ello la necesidad de que las construcciones ubicadas en la costa cuenten con materiales preparados para hacer frente a los embates de vientos que generan estas tormentas.
Por los 11 mil 122 kilómetros de costa en el país, los huracanes y las tormentas son uno de los temas que más preocupan al gobierno, a algunos sectores industriales y a la población en general, debido a que pueden llegar a representar serios problemas en áreas económicas y sociales.
La República Mexicana debe estar preparada para cualquier situación de emergencia, sobre todo porque somos el octavo país más visitado en el mundo y uno de los mayores atractivos para los visitantes son las playas, destinos turísticos que albergan a miles de viajeros extranjeros y nacionales año con año. Por todas estas razones, el sector de inmobiliario turístico, no puede dejar de lado el tema de la seguridad en sus edificaciones.
Unos de los materiales más usados por este sector es el vidrio, ya que ofrece vistas panorámicas únicas, además de proteger de vientos fuertes en caso de tormenta tropical
o huracán, pero estos vidrios deben ser de alta calidad, ya que de ellos depende parte de la infraestructura y aún más importante, las vidas humanas.
Ante esta necesidad latente en el mercado, el consorcio mexicano Grupo Tecno desarrolló un “sistema antihuracán”, que consiste en la instalación de vidrios laminados con una capa intermedia estructural de tiene mayor rigidez que un butiral de polivinilo lo que permite un mejor soporte, ya que es mucho más resistente.
Por lo regular, este sistema logra que el vidrio sea cinco veces más fuerte que el convencional y sea capaz de resistir la velocidad de viento provocado por algún fenómeno natural. El vidrio puede fracturarse, pero tiene excelente resistencia a todos los embates, para no ceder ante presiones de viento y objetos que impacten o estrellen en él.
En la actualidad, las normas internacionales toman en cuenta tres factores primordiales que deben cumplir los vidrios que se colocan en inmuebles hoteleros, las cuales son:
• Resistencia al viento.
• Impactos (muy importante, ya que en un huracán no sólo importa la velocidad que toma el viento, sino que el mismo huracán atrae objetos que arroja como misiles a cualquier lado.)
• Presión y succión de vidrio.
Lo que buscan estas normas, no es crear un sistema antihuracán “invencible”, sino que el vidrio pueda aguantar las velocidades de viento de los ciclones y huracanes, aquí lo importante es que el vidrio contenga y resista los proyectiles lanzados por el mismo fenómeno, tales como troncos, piedras u otros materiales.
Esta tecnología ya ha sido utilizado con éxito en hoteles de Acapulco y Los Cabos por esta compañía, por lo que se espera que poco a poco el resto de los edificios costeros pueda instalar este sistema, creado por expertos mexicanos como solución a una de las más importantes preocupaciones del sector, pues implica ahorro económico para desarrolladores, inversionistas y aseguradoras y la posibilidad de reducir considerablemente la pérdida de vidas humanas a consecuencia de estos fenómenos naturales.
Es importante resaltar que para saber con exactitud qué tipo de vidrio conviene a cada uno de los hoteles que se encuentran cerca de zonas costeras, es necesario saber la ubicación del inmueble, altura, forma del edificio, entre otras características. Todo esto se toma en cuenta para calcular minuciosamente y obtener el performance adecuado.