Redefinir la inclusión financiera en México es un deber de todos.

Ciudad de México, 16 de julio de 2025 – En el sistema financiero, donde históricamente predominan las cifras, los tecnicismos y un tono institucional, una empresa mexicana está mostrando que existe otra manera de construir marca: desde la empatía. Equality Company, una fintech enfocada en la inclusión, ha logrado posicionarse sin recurrir a campañas agresivas ni discursos complejos. Su diferencial ha sido lo que muchos llamarían una “marca blanca”, pero que en realidad responde a una lógica clara: poner a las personas en el centro. 

En los últimos años, las llamadas “marcas blancas”, aquellas que priorizan la empatía, la claridad y el vínculo emocional con las personas, han ganado terreno frente a estrategias más rígidas o impersonales. Un estudio de Deloitte Global Marketing Trends reveló que el 57% de los consumidores son más leales a marcas que muestran un compromiso humano y social tangible, mientras que un informe de Edelman Trust Barometer (2023) indica que la confianza en empresas con propósito supera en más de 20 puntos a las que solo se enfocan en resultados financieros. En sectores como el financiero, donde la desconfianza suele ser alta, las marcas que proyectan cercanía, inclusión y sensibilidad están encontrando una ventaja competitiva sostenible. 

Desde sus inicios, la compañía entendió que hablar de inclusión financiera no podía limitarse al acceso a productos. Había que construir confianza, entendimiento y acompañamiento real. Esto implicó tomar decisiones poco convencionales para el sector: usar un lenguaje claro, dejar fuera los tecnicismos, respetar los tiempos de los usuarios y diseñar soluciones desde la cotidianidad de quienes históricamente han quedado fuera del sistema. 

Equality desarrolló herramientas financieras accesibles, no solo en lo operativo, sino también en lo emocional. En lugar de exigir un historial crediticio, se enfocaron en observar hábitos cotidianos a través del comportamiento en smartphones, lo que les permitió ofrecer tecnología para otorgar un crédito justo, ajustado a cada persona.  

Como lo resume Mary Carmen Arteaga, COO y cofundadora: “Sabíamos que no podíamos competir solo con tecnología. Teníamos que competir con empatía, escucha y soluciones reales.” La tecnología fue clave, pero no como protagonista, sino como medio para lograr relaciones más humanas y duraderas. 

La construcción de marca no ha estado separada del desarrollo de producto. Ambas se nutren de una práctica constante de escucha. Equality conversa con su comunidad, prueba ideas, corrige y adapta con base en lo que la gente realmente necesita. Esta relación cercana ha permitido que los usuarios no solo adopten las soluciones que ofrece, sino que también las hagan suyas y las compartan. 

En un entorno donde la confianza en las instituciones financieras es frágil, Equality ha optado por mostrarse como un aliado, más que como un proveedor. No busca impresionar, sino acompañar. Y en ese gesto sencillo ha encontrado una forma auténtica de transformar la inclusión financiera en México. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *