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Cultura de Coaching en tu Empresa: El Secreto para Transformarse y Evolucionar
: Suzette Roldán Medina
Coach Profesional Certificada
Presidenta del Capítulo de Puerto Rico de la International Coaching Federation
Fundadora de InSight Coaching Hub | Conferencista Internacional
Imagina una organización donde las conversaciones cotidianas no solo resuelven tareas, sino que abren caminos. Donde cada colaborador se siente escuchado, valorado y empoderado para crecer. Ese lugar existe — y no es una utopía. Es lo que ocurre cuando una empresa decide integrar una cultura de coaching en su ADN.
El coaching ha dejado de ser una herramienta exclusiva para ejecutivos de alto nivel. Hoy, es una práctica estratégica que impacta a todos los niveles de la organización. ¿Por qué? Porque las empresas no se transforman por decreto. Se transforman cuando su gente se transforma. Y el coaching es una de las formas más efectivas de provocar esa evolución.
Mucho más que desempeño
Hablar de cultura de coaching es hablar de relaciones. De conversaciones que generan confianza. De líderes que no dan respuestas, sino que hacen preguntas poderosas. Es comprender que el desempeño individual no se impulsa con control, sino con conexión.
Integrar el coaching en la cultura organizacional significa crear espacios donde cada persona pueda identificar su potencial, enfrentar sus retos y accionar desde su propósito. Esto no solo mejora el rendimiento individual — fomenta la colaboración, la innovación y la agilidad colectiva.
¿Qué sucede cuando el coaching se vuelve parte de la cultura?
Las organizaciones que adoptan esta práctica no solo obtienen resultados visibles en sus métricas. También experimentan beneficios intangibles, pero transformadores:
- Aumento del compromiso y la motivación
- Mejor toma de decisiones y mayor autonomía
- Desarrollo de liderazgo empático y consciente
- Ambientes de trabajo más humanos y resilientes
Un estudio reciente de la International Coaching Federation (ICF) y HCI (Human Capital Institute) demostró que las organizaciones con culturas sólidas de coaching reportan un 69 % más de compromiso y un 73 % de mejora en el desarrollo de liderazgo. Cifras que confirman lo que muchos ya intuyen: el coaching no es una moda, es una inversión estratégica.
Del discurso a la práctica
Implementar esta cultura requiere intención, no improvisación. No se trata de ofrecer una sesión de coaching ocasional o tener un “coach interno”. Se trata de normalizar ciertas prácticas:
- Entrenar a líderes para conversar con conciencia, no desde la urgencia.
- Incluir el coaching como parte del desarrollo profesional.
- Fomentar el feedback como un regalo, no como una crítica.
- Escuchar para comprender, no para responder.
Una cultura de coaching nace cuando las preguntas se vuelven más importantes que las respuestas.
Latinoamérica como referente regional
Puerto Rico, a través del capítulo de la ICF, fue sede del Segundo Congreso de Coaching en Organizaciones en marzo de 2025, reuniendo líderes de Centroamérica, Norteamérica y Europa. Sin embargo, este movimiento no se limita a la isla. En 2024, Perú abrió el camino con un congreso similar y ahora se está extendiendo a otros países de América Latina, como también México que organizó el IV Congreso Internacional de Coaching en Cancún en el 2023.
Este escalamiento demuestra que la región se posiciona como epicentro de transformación organizacional, compartiendo prácticas, aprendizajes y experiencias que, sin duda, pueden inspirar también al entorno mexicano.
Expandir tu mirada en un mundo tecnológico
¿Qué pensarías si te dijera que el verdadero reto no está en cambiar lo que haces, sino en cómo lo piensas?
¿Cómo sería tu empresa si te invitaras a verla como un organismo vivo, capaz de aprender, adaptarse y evolucionar?
En un momento en que la tecnología y la inteligencia artificial toman cada vez más protagonismo en las operaciones de negocio, el potencial humano se convierte en ventaja competitiva. Expandir tu mirada —ese distintivo que utilizo en mi práctica pro— significa atreverse a cuestionar lo que has dado por sentado, y poner en el centro ese componente esencial: las personas.
Porque si la tecnología impulsa eficiencia, el coaching nutre consciencia. Al final, las organizaciones que combinan ambos caminos son las que mantendrán el control, la calidez y la agilidad necesarias para liderar en un mundo digital.
El secreto para transformarse no está solo en la técnica, sino en reconectar con lo humano; construir una cultura de coaching es construir una organización más humana. Una donde cada conversación —motivada por preguntas poderosas— sea un llamado a la acción, un impulso para innovar y el catalizador de un futuro mejor.