mié. Feb 12th, 2025

Emilia Pérez: Una mirada extranjera a la violencia mexicana

Por: Karen Campos

Desde su estreno en el Festival de Cine de Cannes, “Emilia Pérez” causó controversia, y es que la película dirigida por Jacques Audiard está siendo celebrada y premiada por la prensa, los críticos y el público extranjero, pero por los mexicanos, e incluso algunos latinoamericanos, la película cada día cosecha más comentarios negativos, ya sea por su temática o la forma en que sus involucrados han decidido defender la cinta.

“Emilia Pérez” cuenta la historia de “El Manitas” (Karla Sofía Gascón), un narcotraficante que contrata los servicios de la abogada Rita Mora (Zoe Saldaña) para que le ayude a cambiar de sexo, a la vez que ésta se encargue que su familia esté bien cuando él se haya ido.

Esta sería la trama principal, si no fuera porque además de meter el tema del cambio de género, su director y guionista decidió incluir el de las desapariciones forzadas, un tema con el que los mexicanos vivimos día a día, y que no tenemos normalizado.

Y, por si fuera poco, se optó por contar esta historia a manera de musical que, aunque su protagonista diga que ella lo califica más como un drama, la mayor parte de su narrativa se sostiene con canciones que no aportan mucho a la historia. Esta forma de contar un tema tan serio para México es lo que ha causado rechazo entre los mexicanos, pero que, en el mercado extranjero, les ha volado la cabeza, y es que, aunque en México estamos al tanto de nuestro problema de violencia, en el extranjero poco o nada se sabe de temas como la desaparición de estudiantes o los feminicidios.

En conferencia de prensa, Jacques Audiard dijo que le sorprende que en Francia no se hablara del tema de las desapariciones, por lo que se propuso contar la historia desde la empatía, “abordé este tema con toda la prudencia posible y la reflexión. Si ustedes ven la película seguramente no se enterarán de nada nuevo y, a lo mejor, les parecerá que apenas estoy sobrevolando esta cuestión. Si les parece que lo tomé con demasiada ligereza les pido una disculpa.”

En la misma conferencia, el director francés dijo que espera que al menos se desate la conversación sobre este tema; sin embargo, las preguntas y cuestionamientos que se han hecho se alejan mucho del tema de la violencia en México.

Parte del público en redes sociales está más preocupado por defender la mala actuación de Selena Gómez, quien no encaja con la seriedad y el compromiso de Karla Sofía, Zoe Saldaña y la única actriz mexicana en pantalla, Adriana Paz. Gómez es el meme de la película, en cada escena en lugar de causar empatía arranca las risas del público. Aunque no se cuestiona su calidad como cantante, es de resaltar que no se entiende lo qué dice.

Mención aparte merece que se aclare que en uno de sus temas la palabra que se quiere decir sí es “bienvenida” y no “de nada”, basta ver el contexto en el que se desarrolla la canción, y aunque en guion dice una cosa, es importante destacar que se pudo corregir sobre la marcha o se cambió al momento, pues Karla Sofía aseguró que Audiard llegó a modificar varias cosas durante el rodaje.

Y hablando de la controversial selección de actrices, en una historia localizada en México no hay mexicanos, Jacques Audiard dijo que la selección se debió a una cuestión de dinero. “Me decidí por actrices que tenían cierto renombre. Aquí hay muchísimo talento, la cuestión fue ¿cómo voy a financiar mi película? Conocí a Karla y supe que era ella y con Zoe pasó lo mismo”, también dijo que buscó jugar con la diversidad, tal como la que hay en nuestro país.

Saldaña, Gascón y Paz hacen lo mejor que pueden, entregan actuaciones que buscan conectar con la audiencia. Karla Sofía incluso aseguró que su actuación como El Manitas y Emilia requirió de un trabajo vocal para caracterizar a cada uno, y quizá sus canciones sean las más coherentes dentro de esta narrativa, ella cuenta su historia y su lucha de lo que es estar atrapada en un cuerpo en donde no se está cómoda.

Pero ese no es el caso de Saldaña, quien tiene las canciones más absurdas. Está aquella en donde va a una clínica para saber qué operación debe hacerse el manitas, con una letra que da pena ajena; y antes de eso cuenta lo terrible que es ser una mujer “prieta” no reconocida en su trabajo o que pueda hacer algo mejor con su vida, rodeada de bailarinas encargadas de la limpieza.

También es de destacar que no hay locaciones en México, se tuvo que hacer una recreación de las calles, en donde la utilería y demás elementos visuales remitían a México, pero se alejaban mucho del paisaje urbano. Incluso, es difícil ubicar geográficamente la historia que, se supone, se desarrolla en CDMX, pero que en cuestión de minutos se llega al desierto, y en donde es motivo de conflicto mudarse a Polanco.

Y a este punto se puede pensar que nos estamos poniendo exquisitos, pero el que la Ciudad esté a minutos del desierto solo ayuda a reforzar la idea en el extranjero de lo poco civilizados que estamos en la gran Ciudad.

Aquí no vamos a seguir la narrativa del mal marketing que llama ignorantes a la gente que no le gustó la película. Y es que, como mexicanos victimas de la violencia y el miedo a salir o perder a alguien, estamos en nuestro derecho de sentirnos ofendidos, ridiculizados y decir que no nos gustó; pero quizás hay otro grueso de la población que pueda reír y disfrutar de la película.

Lo que es un hecho es que la ola de hate puso el foco en “Emilia Pérez”, y aquí es cuando cobra sentido esa frase que reza “no existe la mala publicidad”, porque logró su cometido: estamos hablando de ella.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *