proteger nuestros activos.
Además, sistemas de IA generativa como ‘GPT-4’ de OpenAI, el mismo modelo que impulsa a ChatGPT, han demostrado una comprensión flexible y profunda de conceptos y habilidades humanas. Pueden realizar desde la resolución de problemas matemáticos hasta la generación de poesía. Hemos visto que los beneficios de la IA para las personas son indiscutibles, pero en el ámbito de la empresa ofrece un amplio abanico de ventajas, entre las cuales se destacan la mejora en la toma de decisiones, la optimización de la eficiencia operativa, la personalización de la experiencia del cliente, la potenciación de la innovación y el fortalecimiento de la seguridad y prevención de fraudes. Estos beneficios son fundamentales para impulsar el crecimiento y éxito empresarial en el mundo actual.
Pero, a medida que la adopción de la IA se acelera, superando incluso la tasa de adopción de las redes sociales, se hace esencial considerar la necesidad o no de su regulación. Con la democratización de la IA, surge la cuestión de su uso ético y equitativo. Un informe del Foro Económico Mundial plantea que la IA tiene el potencial de reforzar las desigualdades existentes si no se regula adecuadamente. Si un sistema de IA se alimenta con datos sesgados, podría discriminar a ciertos grupos de personas en ámbitos como la contratación de personal o la concesión de préstamos, o generar exclusión financiera, como mencioné en mi exposición durante la convención de aseguradores de 2023. Incluso Greg Brockman, cofundador y presidente de OpenAI, durante el SXSW 2023 celebrado el pasado marzo en Austin (EE. UU.), destacó la necesidad de establecer “vallas de seguridad éticas” en esta nueva era de innovación.
La inteligencia artificial, como ya lo hizo en eventos de renombre como el South Summit de Madrid, el London Tech Week, seguirá ocupando un lugar destacado en otros eventos destacados de este año, como el AI & Big Data Expo en Amsterdam y el AWS re:invent en Las Vegas. Estas citas imperdibles serán escenarios donde se discutirá ampliamente sobre el tema y se explorarán las últimas tendencias en inteligencia artificial y su impacto en diversos sectores. A pesar de los múltiples beneficios de la inteligencia artificial, es crucial estar conscientes de los posibles efectos adversos como ya advierten Sam Altman (presidente ejecutivo de OpenAI), Demis Hassabis (Google DeepMind), entre otros, y tomar medidas preventivas. Al igual que en revoluciones tecnológicas anteriores, podemos mitigar los riesgos y maximizar los beneficios mediante regulaciones adecuadas con un enfoque ético y que no estrangulen la innovación. La legislación propuesta por la Unión Europea, pionera en el mundo, busca clasificar los sistemas de IA según el nivel de riesgo, estableciendo requisitos para garantizar un uso equitativo y seguro que proteja los derechos humanos.
La IA debe estar al servicio de la humanidad, ayudándonos a alcanzar nuestras metas y potenciar nuestras capacidades, en lugar de reemplazarlas. Aunque es normal tener miedo a lo desconocido, debemos adaptarnos y crecer junto con esta tecnología asombrosa, asegurando que esté alineada con nuestros valores humanos para el beneficio de todos.