En medio de una reactivación turística que se acerca a los niveles previos a la pandemia, los viajeros mexicanos están marcando el ritmo de las tendencias y ejerciendo una influencia significativa en la industria hotelera del país. Acorde con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el sector aporta el 8.7% del PIB ya que cada habitación genera 1,5 empleos directos y 3 indirectos.
Por su parte, el turismo representa una de las mayores fuentes de ingresos que tan sólo es superada por las remesas internacionales. Con una participación estimada del 8.5% en el Producto Interno Bruto (PIB), se posiciona como la cuarta actividad económica más relevante1. Se estima que, de un total de 80,6 millones de llegadas de turistas a cuartos de hotel en México en 2022, casi 59,23 millones correspondieron al hospedaje de turistas mexicanos. Con respecto al año anterior, el número de viajeros nacionales hospedados en la República aumentó casi un 30%2.
Así mismo, Statista reveló que el promedio de habitaciones ocupadas en los centros de playa ascendía a alrededor de 135 mil 450 cuartos al día en 2023. Este nivel de ocupación podría crecer aún más durante 2024 gracias qué México se encuentra entre los destinos más populares de 2024.
Con respecto al sector hotelero en las ciudades, aunque este presentó cifras similares a las reportadas por los centros de playa, la afluencia de viajeros difirió de acuerdo con el lugar. Mientras que destinos de viaje populares tales como la Riviera Maya y la Ciudad de México registraron promedios de ocupación hotelera de más de 37,000 y 26,000 habitaciones por día, respectivamente, en las playas y ciudades menos visitadas se observó una media de menos de 3,000 cuartos diarios.
Estas acciones están alineadas con la estrategia global de la compañía y tienen dos objetivos claros referentes al impacto climático de las operaciones: primero, reducir la huella de carbono de Accor en un 50% para 2030 y reducirla en un 100% para el año 2050.
Compromiso con el diseño y la Sostenibilidad
Hoy más que nunca, el diseño sostenible y la responsabilidad ambiental se han convertido en factores clave al elegir alojamiento y destinos. Desde la elección del transporte hasta la selección del hotel, los viajeros están buscando experiencias que no solo sean gratificantes, sino también respetuosas con el entorno y la cultura local.
El diseño de un lugar de alojamiento juega un papel crucial en la experiencia del viajero. Desde la disposición de los espacios hasta los materiales utilizados en la construcción, el diseño puede influir en la comodidad, el bienestar y la conexión emocional del huésped con su entorno. “Los viajeros modernos valoran cada vez más los espacios que reflejan la identidad local, incorporan elementos naturales y promueven un estilo de vida saludable y equilibrado”, comentó Lara.
Pero más allá del aspecto estético, la sostenibilidad se ha convertido en un criterio determinante para muchos viajeros. La preocupación por el cambio climático, la conservación de los recursos naturales y la preservación de la biodiversidad ha llevado a una demanda creciente de opciones de alojamiento que implementen prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Desde la gestión eficiente de la energía y el agua hasta la reducción de residuos y la promoción del turismo responsable, los viajeros buscan hoteles y destinos que compartan sus valores y se comprometan con la protección del planeta.