- Este 3 de mayo se conmemorará el Día Mundial del Asma, una enfermedad de la que 8 de cada 10 pacientes mexicanos no tiene completo control1
- En México se estima que 80% de los adultos que tienen esta afección manifestaron síntomas desde los primeros cinco años de vida2
- Del 50 al 70% de los pacientes con asma presentan inflamación tipo 23
Ciudad de México, 26 de abril de 2022.- El asma es la enfermedad respiratoria crónica más común. No por nada, desde 1998, se celebra el Día Mundial del Asma cada primer martes de mayo para concientizar a la población acerca de sus factores de riesgo, síntomas y tratamientos. Sin embargo, dado que detona manifestaciones respiratorias, llega a confundirse con otras afecciones comunes de las vías respiratorias, principalmente infecciosas, por lo que los pacientes reciben de forma frecuente antibióticos de manera innecesaria.
Y es que, cuando el paciente con asma se descontrola y presenta crisis o exacerbaciones, presenta síntomas que son compartidos con cuadros respiratorios, principalmente la tos, a la cual pueden acompañar la sensación de falta de aire. Es común que los pacientes con asma, además, coexistan con rinitis alérgica, agregándose síntomas como la congestión y el escurrimiento nasal, que igualmente pueden confundirse con cuadros infecciosos respiratorios, advirtió en conferencia de prensa la doctora Ana del Carmen García, integrante del Colegio Mexicano de Inmunología Clínica y Alergia.
“En ocasiones se dan tratamientos pensando que son infecciones, abusando de los antibióticos y eso, a su vez, retrasa el diagnóstico correcto. Prueba de ello es que, en nuestro país, 80% de los adultos que padecen esta enfermedad manifestaron síntomas desde sus primeros cinco años de vida. No es un dato menor considerando que hay alrededor de 8.5 millones de casos, basándonos en cifras del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER)4“, dijo la internista, alergóloga e inmunóloga clínica.
En ese tenor, el uso indebido y excesivo de antibióticos es el principal factor para la aparición de gérmenes resistentes a diferentes medicamentos, lo que nos encamina a un grave problema de salud en los próximos años, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por eso, expertos recalcaron que la mayor parte de los cuadros infecciosos en la población general, así como en pacientes con asma, son de origen viral, y el uso de antibióticos en estos casos es inútil y puede ser perjudicial5.
Entonces, ¿cómo se trata el asma?
Los síntomas y la gravedad varían en cada persona e, incluso, pueden cambiar en un mismo paciente, de acuerdo con diferentes situaciones; a final de cuentas, el común denominador es que se trata de una condición crónica, pero altamente tratable.
“Los medicamentos más comúnmente utilizados en el manejo del asma son los corticoides inhalados y los broncodilatadores. Sin embargo, en un 5 a 10% de los pacientes con asma se presentan formas graves de la enfermedad, en donde se encuentran disponibles otros tratamientos como es la terapia biológica con anticuerpos monoclonales, que permiten un control adecuado de los síntomas, evitan la pérdida de la función pulmonar y disminuyen el riesgo de crisis”, detalló el doctor Said Arablin Oropeza, médico alergólogo e inmunólogo pediatra, certificado por el Consejo Nacional de Inmunología Clínica y Alergia.
En los casos de asma grave se requiere un abordaje más a detalle por el médico especialista, que puede ser un alergólogo o un neumólogo. Este abordaje permite conocer a detalle de qué tipo de asma se trata, para dar un tratamiento específico que sirva para su control.
En cuanto a los subtipos de asma, destacan el alérgico y el eosinofílico, caracterizados, en la mayoría de los casos, por un tipo de respuesta del sistema inmunitario conocido como inflamación tipo 2, la cual guarda estrecha relación con afecciones como dermatitis atópica, poliposis nasal y rinitis alérgica.
“Es crucial aumentar la comprensión sobre el impacto del asma grave no controlada y la inflamación tipo 2 como factor clave. Por eso, trabajamos en un anticuerpo monoclonal que puede usarse en adolescentes y adultos (a partir de los 12 años) con asma moderada a grave, con fenotipo eosinofílico; o en casos de asma dependientes de corticoesteroides orales, con miras terminar con la creencia de que deben permanecer ‘dentro de una burbuja’, sin gozar de una vida plena”, apuntó la doctora Lirio Solano, líder del área médica de inmunología.
Aliada de chicos ¡y de grandes!
En una época donde las vacunas han reafirmado su trascendencia, hay otro tema que involucra directamente a las personas con asma, quienes son candidatas para recibir un segundo refuerzo de la vacuna contra pertussis (tos ferina). Y tal como ocurre con el asma, es necesario cambiar esa percepción de que la tosferina sólo es una enfermedad infantil, pues puede afectar a cualquier edad.
Al respecto, el doctor Daniel Gregory López, gerente médico de Sanofi Vacunas México, comentó que “existen factores ambientales que se asocian al desarrollo de asma como la contaminación ambiental, el aire frío, el tabaquismo materno y la obesidad, así como factores genéticos como el antecedente de alergias o asma en familiares directos, que aunados favorecen la aparición de la enfermedad.
“También existen infecciones respiratorias ocasionadas por patógenos prevenibles por vacunación que pueden favorecer el desarrollo o descontrol del asma, como la Bordetella pertussis, agente causal de la tos ferina, para la cual afortunadamente existe la vacuna hexavalente que protege a los niños y que se debe aplicar a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad, así como otras vacunas acelulares contra pertussis que es importante aplicar como refuerzos en adolescentes y adultos con antecedentes de asma”.
Por último, los expertos recordaron que el Día Mundial del Asma obedece a una iniciativa de la Iniciativa Global para el Asma (GINA, por sus siglas en inglés), organización fundada en 1993. Para la edición 2022, su propósito principal será “cerrar las brechas en la atención del asma”, para lo cual promoverá que el público en general y los profesionales de la salud comprendan que el asma es una enfermedad crónica, e incentivará la igualdad de acceso en cuanto al diagnóstico y tratamiento.