Emily en París: El sueño de toda fashionitsa, pero ¿qué hay de su visa?

Expertos en expansión empresarial destacan las implicaciones normativas y fiscales de las futuras “Emilys” en París.

Ciudad de México, 22 de abril de 2024 – Aunque aún no hay una fecha definida para el estreno de la cuarta temporada de Emily in Paris, los fans ya especulan sobre lo que le deparará a la “fashionista” favorita de Netflix mientras persigue sus sueños en la ciudad de las luces. Sin embargo, con cada temporada sucesiva de la comedia romántica, hay una parte del cuento de hadas de Emily Cooper que no coincide del todo con la experiencia de la mayoría de los trabajadores en el extranjero: el estado de su visado. Esto ha llevado a Mauve Group, especialistas en expansión internacional empresarial a comprobar la situación del visado de Emily.

“Sabemos que la exitosa serie es fantasía pero nos pareció divertido unirnos a la especulación de la cuarta temporada ofreciendo a Emily algunos consejos sobre su situación legal”, explica Carolina Merlin, especialista legal de Mauve.

La primera temporada comienza con Emily Cooper, radicada en Chicago, que se entera inesperadamente de que va a ser enviada a París en lugar de su jefa embarazada. A pesar de no hablar francés, Emily es contratada para aportar una perspectiva estadounidense a la firma de moda francesa Savoir. A lo largo de la primera temporada, construye su reputación como influencer, ayuda a promover artículos de lujo y ayuda a famosos diseñadores de moda con sus nuevas colecciones y desfiles.

“Para garantizar una llegada sin problemas, Emily necesitaría obtener un visado de trabajo de su empresa. Suponiendo que esté trabajando en París en representación de una empresa estadounidense, tendría que solicitar un visado Schengen (por 90 días) que dependería de la oficina de su empresa estadounidense en París. Ampliarlo requeriría otro proceso; y en caso de que la empresa estadounidense de Emily rompiera los lazos con su oficina de París (como ocurrió al final de la segunda temporada), este acuerdo de prestación de servicios ya no sería válido”, afirma Carolina.

“Estos son exactamente los tipos de situaciones complejas y, en ocasiones, fluidas, en las que los servicios de ‘Employer of Record’ pueden ser muy valiosos. Estos servicios garantizan que los empleados sean contratados de acuerdo con las leyes de esa jurisdicción, por una entidad local, y sin necesidad de que el empleador estadounidense de Emily se instale necesariamente en el país. Este es el tipo de enfoque que le proporcionaría un contrato de trabajo conforme a la legislación, así como orientación en caso de que su situación cambie.”

Durante la segunda temporada, Emily sigue trabajando para Savoir, y no está claro si su visado y su situación laboral cambian o no. “Los visados de trabajo deben renovarse rápidamente, lo que implica mucho papeleo y burocracia”, añade Carolina. “A diferencia de Emily, los trabajadores en el extranjero en la vida real, pueden esperar bastantes horas haciendo cola en la Prefectura francesa tramitando sus papeles”. Y aunque Emily disfruta de su estilo de vida lleno de romance, aventura y alta costura, la realidad menos glamurosa respecto al estado de su visado, la afecta hasta la tercera temprada.

“La tercera temporada aborda por fin los misterios que se esconden tras la situación del visado de Emily, pero quizá no con la profundidad necesaria para ganarse la simpatía de nuestros clientes”, explica Carolina. “En el espacio de tres episodios, Emily renuncia a su trabajo, encuentra un empleo temporal como camarera y luego, temiendo ser deportada, tramita la solicitud de un nuevo visado laboral”.

Aunque tanto el proceso de dimisión como el trabajo temporal que encuentra requerirían más papeleo por parte de Emily de lo que la serie muestra, en realidad se necesitarían conocimientos especializados para garantizar que todo salga bien.

“Como Emily ya no trabaja en su empresa estadounidense, corresponde a sus nuevos empleadores patrocinar su solicitud de visado, y para ello tienen que demostrar por qué Emily tiene un talento y cualidades tan excepcionales que resulta imposible encontrar un candidato francés o incluso europeo que cumpla con ese mismo perfil. Por otra parte, si el trabajo y la base de clientes de Emily se centraran en el sector turístico, podría solicitarlo como trabajadora estacional, pero esto tendría una duración máxima de 12 meses antes de que su empleador tuviera que volver a solicitarlo”, prosigue Carolina.

“Sin embargo, no estoy segura de que este planteamiento funcionara en el caso de Emily. Acaba de aparecer en la famosa ‘La Liste’, una influyente lista de promesas de la industria de la moda, así que el trabajo ‘estacional’ no correspondería realmente a su perfil ni a sus aspiraciones”.

Dejando a un lado el estatus de Emily en el mundo de la moda parisina, la serie también evita otras realidades burocráticas para los trabajadores en el extranjero, como las cuestiones fiscales y tributarias, así como el estatus de residencia permanente de la protagonista. Sin embargo, puede que la cuarta temporada cambie todo esto: “Puede que veamos a Emily esforzándose y mejorando su francés hasta el nivel B2 que se exige ahora para los visados de residencia”, concluye Carolina. “O, conociendo su suerte, que elija a uno de sus muchos pretendientes franceses y formen una unión civil o PACS”.

En cualquier caso, estamos ansiosos por ver cómo se desenvuelve una de las expatriadas más famosas de la televisión, ¡aunque tenemos que reafirmar que está muy lejos de la realidad de las comprobaciones de antecedentes, el papeleo y las citas administrativas!”. Merlin reconoce que se trata de una visión ligera -aunque inusual- de una de las series más populares de Netflix hasta la fecha.

“Emily en París”, sin embargo, pone de relieve los cambios de situación laboral, residencial y fiscal que reflejan las decisiones reales a las que muchos trabajadores en el extranjero (y sus empleadores) se enfrentan cada día. Y ello sin abordar los cambios sociales y culturales que ellos y sus familias también tienen que afrontar. Estas son precisamente las cuestiones que requieren” asesoramiento y apoyo profesional para garantizar que los empleados internacionales puedan centrarse en sus prioridades, que, en el caso de Emily, ¡es poco probable que se extiendan a rellenar formularios de visado y declaraciones fiscales!”, concluye Carolina.

Acerca de Mauve Group: Con más de 27 años de experiencia, Mauve Group es un proveedor líder mundial de soluciones de recursos humanos, empleador registrado y consultoría empresarial. El grupo ha desarrollado conocimiento global para apoyar a empresas de cualquier tamaño y planificación industrial para su expansión internacional. Para más información visita: www.mauvegroup.com

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