Por Diego Sette, director de Tecnología de Pearson Brasil
Todos los años, los que somos apasionados por la tecnología, esperamos con ansias los lanzamientos que se anuncian en la Feria de electrónica de consumo (CES), la feria de tecnología más grande del mundo. Gadgets, robots y otras tecnologías vistosas por lo regular roban nuestra atención, y olvidamos que la educación también está muy presente cuando hablamos de innovación.
Hoy es crucial interpretar las revoluciones en curso entre nuevos dispositivos, software y herramientas educativas sofisticadas impulsadas por Big Data e Inteligencia Artificial (IA), sobre todo en tiempos de constante transformación.
En realidad, la tecnología y la educación han sido inseparables desde hace mucho tiempo, la pandemia solo aceleró lo que ya estaba en marcha. Y las posibilidades, tanto para educadores como para estudiantes, siguen ampliándose.
La IA, por ejemplo, es muy fuerte en el mercado y ya ha introducido varias herramientas de aprendizaje, desde chatbots, reconocimiento de voz, hasta “humanos digitales”. Un profesor digital apoyado por IA pronto será un gran avance en las herramientas de aprendizaje digital actuales, a las que aún les falta más humanización.
De hecho, Pearson recientemente lanzó una experiencia de inteligencia artificial y reconocimiento de voz en la asociación Wizard by Pearson con Alexa, con la disponibilidad de contenido para desarrollar el vocabulario y la escucha del idioma para los niños. Y es que las herramientas consolidadas están haciendo que el aprendizaje sea más intuitivo. Microsoft Teams es otro exponente de esta evolución, ya que, desde su adopción masiva durante la pandemia, ha ido agregando funciones de interacción como nuevas reacciones y formas de compartir, para brindar un aprendizaje más interactivo.
Pero si la tecnología ha ampliado las posibilidades de enseñanza, ahora el gran desafío es ampliar la participación de los estudiantes en el entorno digital. No basta con atraer, es necesario comprometer el aprendizaje.
Como docente siempre quise una herramienta que fuera lo más cercana posible al entorno presencial, y que, además, me diera la capacidad de sentirme cómodo y seguro para enseñar. Desde el punto de vista de quienes trabajan en empresas de tecnología y educación, queremos ofrecer todo esto y mucho más: un entorno y herramientas enriquecedoras que analicen lo que sale de los datos, lo que funcionó y lo que no.
Con IA, reconocimiento de voz más preciso, acceso a más videos y audios, y soluciones para confirmar el aprendizaje, el potencial de la tecnología cada vez va más lejos para ofrecer más autonomía. Con mucha inteligencia artificial y ciencia de datos, ayudamos al maestro y a la tecnología misma a predecir la desconexión de los estudiantes.
En México, este es un mercado en expansión, pero que aún enfrenta limitaciones frente a los desafíos de la infraestructura de conectividad y la desigualdad en el acceso a herramientas tecnológicas, especialmente equipos adecuados para ejecutar las aplicaciones y el software más avanzados. Mientras tanto, tendencias como el Metaverso se desarrollarán en versiones más sencillas hasta que adquiramos una mayor potencia de procesamiento, impulsada por 5G.
Crear experiencias de aprendizaje vibrantes y enriquecedoras es una misión compartida y la tecnología sigue estando aquí para eso.