Para la directora Manuela Irene su mayor miedo de niña era la muerte, eso lo trasladó a su ópera prima, “Monstruo de Xibalbá”, una película que nos cuenta la historia de Rogelio, un niño de 8 años que es desatendido por sus padres y pasa casi todo el tiempo con su nana (Teresita Sánchez), quien en el verano lo lleva consigo a su pueblo, ubicado en medio de la selva yucateca, donde vemos a ese niño de 8 años obsesionado con la muerte, incluso mencionando que sus padres “están mortem”.
Rogelio, interpretado por Rogelio Ojeda (actor natural de Mérida), es un personaje que está lleno de contrastes y retos, es tierno y chiqueado a la vez, lo mismo anda en bicicleta y nada en los cenotes que rapea en maya junto a su pandilla, Juanito (Gibrán Alonso) y Lucio (Leonel Pat Yali), quienes le cuentan algo que lo intrigará: la historia de un anciano enigmático que pasea por el pueblo y es el Monstruo de Xibalbá.
Obsesionado, Rogelio se da a la tarea de espiar noche y día al Monstruo de Xibalbá para encontrase con el anciano (interpretado por el papá de la directora) que tiene una burrita y una casa llena de enigmas. Tras el encuentro con ese hombre, el niño aprenderá a conocer más allá de sus prejuicios.
La película nos muestra la onírica selva maya con sus paisajes, sus ruinas y sus cenotes, esos que son la puerta al inflamando: el Xibalbá, como dice el Popolvuh. La ópera prima de Manuela Irene se mantiene en cines del circuito cultural.
